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Tarjetas de presentación: ¿por qué son importantes?
¿Qué haces cuando recibes una tarjeta de presentación? Independientemente de si la guardas o la tiras, seguro que hay un momento en que te cuestionas si merecen o no un espacio en tu tarjetero.
Este instante es decisivo para que un negocio se concrete o nunca se realice.
Ahora bien, recuerda que éstas son una de las herramientas fundamentales para posicionar tu compañía entre clientes potenciales.
¿Cuáles son las ventajas de las tarjetas de presentación?
Generan una radiografía sobre la forma en que se desempeña tu empresa y transmiten los valores centrales de tu marca. Si están bien diseñadas, son una garantía de que tu trabajo es serio y estable.
Por el contrario, tarjetas mal diseñadas o impresas de manera mediocre comunican precisamente eso. Trabajo mediocre y descuidado. Nada y repitamos, nadie y tú, que estás leyendo esto suponemos que tampoco.
Entonces, ¿cómo convertirlas en tus vendedoras estrellas? Primero, considera que no sólo son una identificación profesional, sino una manera efectiva para establecer nuevos contactos. Por tanto, son tan relevantes como una campaña de publicidad masiva.
De ahí la importancia de la contundencia del mensaje que quieres transmitir a través de ellas, así como su alcance e impacto.
Hay cuatro elementos que no pueden faltar en tus tarjetas de presentación:
1. Nombre comercial y logo: Tu logotipo a todo color debe resaltar a primera vista, por lo que conviene colocarlo en la parte superior o del lado izquierdo. Es importante que sea de gran tamaño, a fin de que capte la atención de manera inmediata.
2. Nombre personal: Es recomendable que dejes un espacio en blanco, justo debajo del nombre para que las personas hagan anotaciones de cómo y dónde te conocieron. Este tipo de referencias permitirá que la tarjeta sea recordada fácilmente.
3. Datos de contacto: Incluye tu teléfono, correo electrónico, página de Internet y domicilio físico. También incluye tu número de celular. Si tu teléfono tiene alguna extensión, no olvides mencionarlo. Mientras más directa sea esta información, más rápido será el contacto.
4. Servicios ofrecidos: ¿De qué se trata? No olvides mencionar a qué te dedicas y cuáles son los servicios que ofreces. Esto es tan importante como los datos de contacto.
Una manera de poner a prueba la efectividad de tus tarjetas es responder estas cuatro preguntas:
¿Qué tanto llaman la atención?
¿Generan interés en lo que ofreces?
¿Dan suficiente motivación para que la gente las guarde y las tenga a la mano?
¿Facilitan las ventas?
Si sientes que tus tarjetas no cumplen con estos criterios, aplica estos 10 consejos para que ellas trabajen para ti.
10 consejos para sacar el máximo a tus tarjetas de presentación
1. Maneja el lenguaje coloquial. Vende beneficios y no atributos. Por ejemplo, si eres un taller mecánico, en lugar de poner «Mecánica y Refacciones en General», podrías optar por «Tu coche como nuevo en cinco horas».
2. No descuides el reverso. ¿Has pensado en el desperdicio de espacio comercial si la parte de atrás queda en blanco?
3. Asegura el gancho de la venta. Genera ventas haciendo énfasis en la primera etapa de un proceso de compra. Si eres ingeniero en sistemas y todas tus ventas comienzan con una revisión de software, menciona en tu tarjeta la siguiente promesa: «Recibe gratis un diagnóstico y análisis de tus programas de computación».
4. Cuida el tamaño y los moldes. En un afán por ser originales, algunas empresas optan por tamaños pequeños o demasiado grandes. Lo mejor es el tamaño clásico de 8cm x 5cm.
5. ¿Y si pones tu foto? Vivimos en una cultura visual donde lo que no se ve, se olvida. El hecho de incluir tu foto dará un toque personal a la tarjeta y se posicionará mejor.
6. No escatimes gastos. Imprime suficientes tarjetas, más de las que necesitas. Y lleva siempre contigo una reserva. Repártelas por todos lados. No pienses en los centavos que te cuesta cada una, sino en los negocios que pueden generar.
7. Piensa en tu público. Si tus clientes son serios y conservadores, no hagas diseños locos e irreverentes. Cuando los consumidores son jóvenes, evita los tonos grises. Si llevas negocios en inglés, haz una partida en ese idioma. Recuerda que las tarjetas deben comunicar algo.
8. Usa las palabras adecuadas. Existen palabras fuertes y débiles en las ventas. Piensa en las necesidades de tu público y en cuál es el mejor beneficio que ofreces. Haz un ejercicio de sinónimos para enunciar esa ventaja.
9. Compleméntalas. Una tarjeta de presentación nunca debe ser un imán, pero un imán de obsequio sí puede ayudar a que genere más impacto. Si además das artículos promocionales, tu marca estará más presente en la mente de tus contactos.
10. Exhíbela en espacios públicos. Muchas veces podrás colocar tus tarjetas en murales o espacios de exhibición como en consultorios médicos, clínicas, cafeterías, tiendas de regalos, veterinarias, escuelas u oficinas. Incluso puedes pedir a parientes y amigos de confianza que te hagan el favor de repartir.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com